viernes, 29 de febrero de 2008

Los "inmigrantes", una cuestión no sólo de nombre














Muchas veces he reflexionado sobre esta palabra y creo que vale la pena comentarlo. Los inmigrantes, ese conjunto de personas a las que tendemos a enjaular dentro de un nombre que parece arrebatarles cualquier otra identidad. El inmigrante lo es desde nuestro punto de vista; el inmigrante viene a “nuestro” país y se plantea como una idea que nos permite ver la realidad de esta gente únicamente de nuestro punto de vista. Es un término sesgado, corto de miras, y a su vez, estigmatizador, porque los inmigrantes parecen serlo para toda la vida, e incluso hablamos a menudo de inmigrantes “de segunda o tercera generación”, cuando a lo que nos referimos realmente es a los hijos de nuestros conciudadanos inmigrados.

Es cuanto menos curioso además, que la denominación de inmigrante tendamos a dejarla para toda la vida a esa gente que un día decidió venir a esta tierra, trabajar, establecerse en ella, y fundirse en ella sin dejar de ser ellos mismos e integrar junto a nosotros las ramas de su vida y la de sus descendientes. Se hace sobretodo extraño que esta palabra se convierta en una marca de por vida, o que parece eliminar cualquier otra característica de los seres a los que nos referimos con ella, porque la propia palabra inmigrante parece indicar una acción continuada –que nosotros convertimos en eterna– de inmigrar. Si miramos con transparencia la palabra veremos que parece referirse a alguien que siempre está inmigrando, por lo que no creo decir ninguna barbaridad al afirmar que al hablar de inmigrantes casi siempre nos equivocamos de término. La lengua es algo complicado y no es raro que las palabras signifiquen algo diferente de lo que letra por letra parecerían significar; sin embargo, utilizar un término u otro tampoco es baladí. No es lo mismo decir Generalitat o Generalidad; no es lo mismo decir negro que negrata, sudamericano que sudaca. Cada una de las palabras esconde unos matices y deberíamos entender que unos matices son menos deseables que otros.

¿Por qué no hablar entonces de inmigrados y no de inmigrantes? Es más, de ciudadanos, eso sí de origen extranjero, inmigrante, inmigrado, o como se le quiera decir. ¿Acaso no viven ya aquí?, ¿a caso aún no han llegado?, ¿a caso estamos tan lejos de ellos que parece que ni podemos admitir, mediante una palabra, que ya forman parte de nuestra sociedad? El inmigrante es alguien con un nombre, con un lugar de origen, con un oficio, una personalidad, unos proyectos, alguien que es posible que quiera quedarse en este país y que no se merece que se le marque siempre como un ser de inferior categoría. Porque ni siquiera son “inmigrantes”, porque -no nos engañemos- para la mayoría de ellos éste es su sitio, por mucho que a menudo reciban el rechazo por parte de algunos de nosotros. Personas inmigradas, que un día llegaron a aquí o a tierras cercanas, que viven con nosotros o cerca de nosotros, y que merecen ser tratadas con el mismo respeto que el resto de ciudadanos, a pesar de tener incluso algunos derechos menos, como el derecho de voto. A menudo, incluso, les atribuimos problemas que ni siquiera les pertenecen. Porque casi nunca hablamos de ellos, y casi siempre que lo hacemos es para destacar algo negativo. Porque ni siquiera estamos acostumbrados a hablar con profundidad de este fenómeno y seguimos refiriéndonos a la integración como un deber de los ciudadanos inmigrados, cuando lo único que queremos indicar es la superioridad de nuestra existencia sobre la suya. Aún cuando no sabemos nada de ellos; creemos saber, pero la mayoría de nuestras creencias sobre eso que llamamos los “inmigrantes” no son más que memeces que reflejan nuestros miedos. Estos ciudadanos son parte de nosotros. Conciudadanos con nombres. Con orígenes, con culturas, pero siempre más que una tópica y simplista palabra, inmigrante.

lunes, 4 de febrero de 2008

Mentiras Lamela, EsperanzaAguirre.SA

Mi indignación por lo sufrido por las falsas acusaciones y toda esta campaña de desprestigiación de la sanidad pública me hace sentir rabia y vergüenza ajena. El señor Lamela ha vuelto de Baqueira Beret para dar sus explicaciones, pero sigue teniendo la misma cara que antes. Así que he decidido hacer la que se podría decir qu es la primea viñeta de mi vida.




















Sobre el caso en los medios:

"Y al sexto día habló. Manuel Lamela, el político más buscado de España esta semana, compareció finalmente ayer para inaugurar unas cocheras de Metro de la línea 6. Así finiquitó sus vacaciones en Baqueira Beret (Lleida) y zanjó su silencio. Lamela no se agazapó. Traía muy aprendido el argumentario del PP para combatir el auto que exculpa al doctor Luis Montes y sus compañeros de haber practicado sedaciones irregulares en las urgencias del hospital Severo Ochoa de Leganés hace tres años, tal y como sostuvo siendo consejero de Sanidad. Muy desafiante, se negó a todo. No habrá perdón, no habrá dimisión, no hubo error. Nada.", ÁLVARO CORCUERA , El País.

Más sobre la noticia.

domingo, 3 de febrero de 2008

¿Un lugar donde relacionarse, compartir lo que cada uno hacemos?

Mucho blog, mucha historia... Pero ¿quién utiliza los medios alternativos para informarse? Siempre estamos enganchados a los medios tradicionales y profesionales; y aún sin olvidarnos de ellos, debe haber lugar para una comunicación alternativa social democrática y que no sea sólo de pequeños grupos.

Porque dónde existe un lugar de socialización amplio. Al final acaban siendo siempre los medios los únicos que ofrecen información abundante y bien organizada. Pero información democrática y libre...¿dónde? Donde poder compartir, dialogar, ser autor, leer a otros ciudadanos como tú. Y que no sólo sean lugares políticos, donde las informaciones abarquen también otros temas.

Los blogs por supuesto, no son solamente medios para contar sucesos, son vías de expresión, de publicación de todo tipo de contenidos. Echo de menos un gran espacio donde todos los blogueros podamos compartir nuestras historias, nuestros artículos, nuestras fotografías o lo que sea, un lugar donde se pueda votar entre los diversos contenidos para que lo interesante destaque y pueda ser leído por muchos. Un lugar en el que participar, pero sobretodo para visitar, del cual ser lector, aficionado, defensor. Un lugar sin embargo, que no destaque sólo aquellas informaciones más sensacionalistas, como en 'Menéame', sino donde haya lugar para todo tipo de expresión. ¿Dónde está? Lo buscaré, y si no existe lo podremos crear. Pero si a alguien se le ocurre que me dé una pista, o, por favor, que me cuente cuál es ese lugar para él/ella. ¿Dónde está para ti?

Gotas de lluvia

Y después de tanto tiempo... Llovió. En Barcelona las primeras gotas chocaron en la superficie a las 23 horas. ¿Quién recordaba ya la lluvia? La sequía azota toda la Península. Incluso aquellos lugares tradicionalmente más húmedos como por ejemplo Galicia o Asturias pasan en estos momentos por fuertes sequías. Y es que España, Cataluña, Portugal, son cada vez más áridas. La construcción, los gases de efecto invernadero, los campos de golf de unos ricos consumen el agua de una tierra donde esta cada vez escasea más. Algunas causas, por su extensión escapan a las fuerzas de nos pequeños ciudadanos, pero una gran parte quedan aún en nuestras manos, y los grifos que pierden agua o los montes que se queman aún son nuestros. Y en estos tiempos aún algunos siguen defendiendo absurdos proyectos como los del trasvase del Ebro. Aunque, ¿para que sirven tampoco una inmensidad de desaladoras si únicamente sirven para abastecer de agua a nuevas urbanizaciones que invaden las costas? En tanto, ya se diseñan proyectos para traer agua a Barcelona en barcos.

¿Cuánto duró esta última lluvia? Pero ni siquiera fue una lluvia digna, vino oculta por la noche y casi sin dejar huella. Si quiera se atrevieron a seguirla otras. Quizá tengamos que hacer un rito chamánico para llamar a la lluvia. Aunque quizá ya ni eso funcione. Pero por suerte, todavía mucho está en nuestras manos, mucho.

viernes, 1 de febrero de 2008

Una escriptora catalana d'origen marroquí guanya el premi Ramon Lull

Hoy se ha entregado el premio Ramon Llull a la mejor novela en lengua catalana. La ganadora ha sido la escritora de origen marroquí Najat El Hachmi. La novela premiada se titula L'últim patriarca y refleja la relación difícil entre un padre y una hija inmigrantes en una capital de comarca de Cataluña. La autora cuenta que en el texto ha utilizado experiencias propias pero también de personas próximas a ella. La novela narra la historia de un paleta marroq
uí que entra conflicto abierto con su hija adolescente. "La figura patriarcal, machista y déspota la podemos encontrar también aquí, si no, no tendríamos casos de violencia machista cada día", afirmaba ayer la autora.
















Najat El Hachmi Buhhu tiene 28 años y ha vido en Cataluña desde los ocho años, y en 2004 publicó su primera novela, Jo també sóc catalana. Najat nació en Nador, al norte de Marruecos, y habla bereber (amazigh) con su familia, y catalán con su hijo. Afirma la autora que su última novela habla sobre una nueva generación que intenta fijar una identidad propia entre dos aguas, "que no es ni la de aquí ni la de allí". Sin embargo, la autora afirma que no quiere ser el símbolo de nada. Ayer, según relatan algunos diarios, la escritora catalano-marroquí en un encuentro con la prensa, ante lo que veía venir, fue tajante: "No soy un símbolo de nada", y añadió: "Pobres de vosotros si me ponéis etiquetas".

Información y mapa de la situación geográfica de Nador

Najat ha vivido la mayor parte de su juventud en Vic. Precisamente un artículo del diario El País hablaba sobre esta ciudad catalana el pasado mayo en razón del aumento del poder político del partido xenófobo de Josep Anglada. Por otro lado, algo elogiable de Vic es la aplicación de un modelo escolar “en el que inmigrantes y autóctonos se integran en las aulas en idéntica proporción, tanto en escuelas públicas como concertadas”. Este sistema permite evitar la concentración de los alumnos de origen inmigrante en unos pocos centros, lo cual actúan en beneficio propio de ellos. Esa concentración del alumnado nouvingut se produce en buena medida por el problema que supone para muchas familias de inmigrantes las cuotas de pago de las escuelas concertadas, lo cual a su vez es utilizado por muchos ciudadanos autóctonos para huir de la denominada oleada migratoria. Además, existe una causa natural tras este fenómeno de guetificación de algunas escuelas y es que las personas inmigradas tienden a instalarse en unas zonas concretas de las ciudades, habitualmente las que tienen los costes de vivienda más asequibles y ello se tiende a transmitir a las escuelas de esos barrios, exceptuando casi siempre los centros privados y concertados, por supuesto.

Con el llamado modelo Vic se puede conseguir, tanto que los alumnos de origen extranjero conozcan de una forma más completa su sociedad de acogida, como que sus compañeros autóctonos se enriquezcan con la pluralidad de historias y percepciones de aquellos; un bien que suele quedar oculto tras el peso de los tópicos y que pocas familias recuerdan valorar, si quiera aquellas que deciden llevar a sus hijos a supuestos centros multiculturales de élite denominados ‘liceo francés’, inglés, italiano o alemán... Sin embargo, a los jóvenes de origen inmigrante les quedan muchas más injusticias por superar, los prejuicios, el trato desigual. De ello se hace eco el citado artículo: "El modelo funciona en los centros educativos pero no ha solucionado la interrelación en los espacios públicos ni qué hacer con los niños inmigrantes que a las cinco se quedan en la calle", afirma una docente. Hay en sus palabras un punto de tristeza al explicar que inmigrantes a los que educó desde niños se le acercan en la adolescencia para decirle "me decías que si me esforzaba estudiando podría prosperar, pero los buenos trabajos se me siguen cerrando por mi origen". Najat El Hachmi, recordemos, vivió su juventud en Vic. No queda claro si lo dijo a través de un personaje de su anterior novela, Jo també sóc catalana, o si por boca propia, pero en cualquier caso las palabras de Najat no dejan de ser la injusta verdad de muchos marroquís conciudadanos nuestros, la mayoría de los cuales se sienten más españoles/catalanes que de ningún otro lugar, aunque a menudo no les sea reconocido: "Me esforcé para estar más bien preparada que nadie. Tan bien preparada que al final no me quedó más remedio que aceptar, como cualquier otro inmigrante, un trabajo que ningún autóctono no estuviese dispuesto a aceptar".

El premio Ramon Llull es el premio más importante para las novelas en catalán, convocado conjuntamente por el Gobierno andorrano y la editorial Planeta y con una dotación económica de 90.000 euros. Desde que se convocara por primera vez en 1981, han recibido el premio escritores como Pere Gimferrer, Ignasi Riera, Carme Riera, Terenci Moix, Baltasar Porcel o Gabriel Janer Manila en 2007.

Cuenta Najat El Hachmi que cuando de pequeña le preguntaban qué quería ser, respondía que “escritora”, no inmigrante. Actualmente Najat trabaja en el Ayuntamiento de Granollers. Según ha explicado, con el dinero del galardón espera poderse dedicar con algo de tranquilidad a la literatura, su gran vocación.


Más sobre la noticia en:

avui.cat...

elpais.com...

elperiodico.com...



"Muchas veces se da una lectura cultural a actitudes puramente individuales", afirma Najat.

Fins al 3 de febrer















Poques exposicions m’han resultat mai tan interessants. Apartheid és una exposició que repassa a través de diferents obres artístiques les reflexions i relacions de diversos pintors, escultors, fotògrafs i dibuixants de cinema amb el fenomen racista que va tenir lloc a Sud-àfrica, però amb el qual es poden trobar similituds en diversos temps i llocs, de tot el món. Obres que mostren les desigualtats que la minoria blanca va imposar sobre la població negra nativa i fotografies que mostren la segregació que fins no fa tant de temps va imposar en aquell país la minoria blanca. Explica l’exposició que a Europa hi va haver ‘zoològics’ de gent negra des de finals del segle XIX i fins i tot encara als anys 30s. Però les imatges de quotidianitat africana i el sentit artístic de moltes obres al·legòriques sobrepassen la intenció de denúncia. ‘Apartheid’, al CCCB (Centre de Cultura Contemporània de Barcelona), situat al Raval, junt a la facultat de història i al museu d’art MACBA.

Hi és fins al 3 de febrer.
Val la pena.

CCCB, gratis tots els matins de 11 a 13 hores amb el carnet de la xarxa de biblioteques.


Més informació a:

http://www.cccb.org/ca/exposicio?idg=11336